Es un día jueves de enero a las 19 hrs. y como de costumbre, el metro viene lleno. Mi destino es la estación Universidad Católica, que se ubica junto al Centro Cultural Gabriela Mistral. El barrio donde me dirijo se encuentra en el centro de Santiago y se caracteriza por la presencia de algunos hitos como la casa central de la Universidad Católica de Chile, sobre la Alameda, la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile y la Remodelación San Borja, mi destino final.
Saliendo del metro, paso por debajo de la primera pasarela del movimiento moderno con la que me encontraré antes de llegar a la Plaza Pedregal, el patio abierto y central rodeado por torres habitacionales, botillerías, tiendas comerciales y un supermercado. En mi época de estudiante universitaria este era el lugar en el que nos reuníamos los compañeros de taller, cada uno con su maqueta en mano, para decidir en casa de quién festejaríamos el cierre de la entrega.
Ya fuera del metro, caminando hacia la plaza, la música que se escucha a lo lejos orienta mejor mi camino hacia las “Pasarelas Verdes”, proyecto que busca revitalizar un espacio, hasta el momento, sin dueño ni vocación.
La remodelación está conformada por 20 edificios en altura que se encuentran junto al Parque San Borja, lugar de recreación para los vecinos y personas provenientes de otros sectores de la ciudad. El conjunto fue construido a finales de la década de los 60 por la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU), con el objetivo de que más gente tuviera la posibilidad de vivir en el centro. Los postulados de la Arquitectura Moderna habían dejado su marca en todo el mundo y Santiago de Chile no sería la excepción. La separación de los recorridos peatonales y los vehiculares llevó al diseño de pasarelas en altura que conectaban las torres habitacionales entre sí, manteniendo la armonía del conjunto. Una idea que podría haber propiciado el encuentro y la vida comunitaria en espacios colectivos, lamentablemente llevó al desuso de las pasarelas, a su posterior deterioro y finalmente a su cierre, con el fin de evitar allí la generación de un polo de delincuencia e inseguridad.
Al llegar a la Plaza Pedregal, desde abajo se divisa un grupo de personas reunidas en la pasarela que se eleva sobre la calle Portugal. Algunos curiosos que van de vuelta a sus casas miran hacia arriba para entender de dónde proviene la música. Los curiosos no son sólo transeúntes, sino también los propios vecinos que se asoman por la ventanas para entender qué es lo que está ocurriendo en ese lugar que durante años estuvo cerrado. Subo por una de las dos rampas que hoy tienen sus rejas abiertas y me cruzo con un hombre que hace su entrada exclamando: “Hace 10 años que vivo aquí y nunca había pisado esta plataforma!”.
“Pasarelas Verdes” es una iniciativa desarrollada por estudiantes de arquitectura de la Universidad de Chile que busca recuperar el espacio en altura de la Remodelación San Borja, entendiendo el valor social y arquitectónico detrás de la reutilización de este hito urbano.
Para volver a hacer uso de un sector que estuvo abandonado durante años y al cual no se podía ingresar, el equipo de “Pasarela Verdes”, compuesto en su mayoría por estudiantes de arquitectura de la Universidad de Chile, estuvo en permanente contacto con los vecinos de las Torres San Borja. No sólo por la proximidad de la Facultad al espacio recuperado, sino porque la Remodelación completa fue caso de estudio del Taller de Diseño Arquitectónico del profesor Rodrigo Toro, durante 3 ciclos académicos.
Esto permitió una recopilación exhaustiva de datos relevantes para la comunidad, y lo que es más importante, logró una cercanía del equipo con los vecinos, quienes vieron en las propuestas que generaban los estudiantes, una posibilidad de soñar con nuevas posibilidades para su entorno construido.
Los integrantes de “Pasarelas Verdes” son de una generación nueva y están convencidos de que ninguna transformación se puede lograr sin una participación real de los involucrados. Pero, cómo lograr la participación en la recuperación de un lugar que hace mucho tiempo dejo de tener interés para los mismos vecinos? Mediante diversas actividades como jornadas de limpieza de las pasarelas, y posteriores jornadas de plantación, se logró una apropiación de los vecinos con el lugar. En esta instancia colectiva, barriendo las pasarelas junto a otros vecinos, fue que la Señora Eli conoció a la chica que vive en el departamento contiguo al suyo.
Durante 3 meses, las pasarelas se abrieron los días jueves, convirtiéndose en escenario de bandas musicales que apoyaban el trabajo de la recuperación de las pasarelas, y que al igual que los vecinos que limpiaron y plantaron, participaron de manera gratuita y voluntaria en el proyecto.
Dentro de las intervenciones realizadas por el equipo de “Pasarelas Verdes”, además de la limpieza y la plantación de especies vegetales, se encuentra la instalación de bancas, sombrillas, basureros, iluminación y tarimas que permiten descansar sobre las jardineras entremedio de las plantas.
La música y las plantas se convirtieron en motor para la ocupación temporal de un espacio que durante años sólo estuvo disponible para su contemplación y las más de 150 personas que acudieron a la última sesión musical son una gran señal del interés generado en torno a este espacio re-descubierto.
Hoy hace mucho calor en Santiago y cuatro jóvenes devoran apasionadamente una sandía entremedio de unas plantas de tomate cherry que apenas germinan. Un vecino desde las alturas los observa y cuando ya no queda más sandía, se apresura en hacerle un gesto a los jóvenes. A los pocos minutos se le ve descender por la torre con una sandía entre sus manos, en dirección al grupo de jóvenes para compartir y refrescar la tarde de verano en el centro de la ciudad.
